
El niño de once meses había desaparecido junto a su madre, al ser succionados por uno de los fuertes ciclones y se perdieron en medio de las toneladas de escombros que la tormenta arrojó por el sector.
Tras el paso del tornado, un vecino salió en busca de sobrevivientes y encontró al pequeño Kyson a cien metros de su casa, en medio una colección de muñecas.
En un primer momento pensó que también era un juguete, hasta que el menor comenzó a llorar. Al tomarlo se percató que el bebe sólo tenía rasmillones.
En tanto, la madre del niño es una de las 56 víctimas mortales causadas por los fuertes vientos registrados el martes y miércoles pasado en el sur de Estados Unidos. Pero Kyson se ha convertido en un signo de esperanza en medio de la tristeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario